En la Fundación Telefónica nos dimos cita para ver la oferta expositiva que ofrece este otoño casi primaveral.
Miradas que Comunican es una exposición que rinde homenaje a los últimos cien años de los avances y la trayectoria de las comunicaciones en España.
Se han reunido cinco creadores españoles para interpretar y representar el ingente legado audiovisual y tecnológico de Telefónica.
Plensa, explicó que « Mi obra quiere que cada persona se refleje en ella y mire a su interior. El arte tiene que ser este catalizador que nos permita crear una seguridad en nosotros mismos y nos permita hablar de ideas, de vibraciones. Vivimos en un momento de ruido que muchas veces no nos permite esos momentos de silencio. El arte tiene que ofrecer un mensaje de esperanza y positividad, de volver a creer que el ser humano somos más que esa violencia actual."
En Invisibles (2016), el
escultor representa la metamorfosis del ser humano con tres rostros
inacabados, hechos de mallas de acero, que permanecen suspendidos en el
aire, atravesados por la luz y detenidos en el tiempo.
"Vivimos en un momento de ruido que muchas
veces no nos permite esos momentos de silencio."
En series Who are You? I-VIII (2016).
Ocho pequeñas figuras de bronce se tapan los órganos que representan los
sentidos y ofrecen una llamada a la contemplación en un mundo lleno
de ruido.
Con Lilliput (2012-2020),
Plensa juega con el caos e incide en el lenguaje y la repetición, mediante un
entramado de nueve figuras y letras realizadas en bronce con acero
inoxidable, cuerda y pintura, que dejan ver el espacio interior, donde las
palabras tienen un significado abierto y son todavía pensamientos.
Silence (2016), una serie de rostros
femeninos evocan la diversidad y similitudes en la identidad humana.
Materia interior es
una exposición que se adentran en temas recurrentes de su universo
artístico como la identidad, la fragilidad de la condición humana, lo
efímero, la espiritualidad, el silencio, la comunicación o el lenguaje.
La exposición se completa con la proyección de un audiovisual del artista en su taller y un gran mural que lo recrea.
También con una maqueta de la obra que adorna el jardín de la Ciudad de las Telecomunicaciones.
Todavía nos dio tiempo para dar una vuelta por la remodelada planta primera y la coqueta cafetería y disfrutar del precioso artesonado y la espectacular escalera.
La suerte recayó en "Las Bravas." Croquetas, una oreja riquísima y, por supuesto, las patatas que han dado nombre y fama al local. Y el vermú de grifo que no falte.
Sin prisa, seguimos el paseo para hacer un poco de hambre, aunque poco tiempo tuvimos; las "Fatigas del Querer" estaba cerca.
Y allí nos esperaba un rico y abundantísimo menú que casi acaba con nosotras.
Después de las comilonas, ya solo nos quedaba el café y alguna tisana para ayudar a la digestión.
Nos gusta esta taberna y su historia tan ligada a la literatura, un ambiente muy apropiado para hacer nuestra tertulia. Organizamos la agenda, leímos los trabajos, y anotamos las propuestas para la próxima cita.