TAF SE MUEVE: SERRERÍA BELGA

 

La mañana, con vocación invernal, no nos impidió quedar para cumplir con la salida cultural del mes de Noviembre, para visitar las exposiciones de la Serrería Belga. 


La muestra Los cafés literarios de Madrid. El Café de Pombo propone un viaje a la edad dorada de estos establecimientos que, desde el siglo XVIII al XX, se convirtieron en auténticos foros de pensamiento, creación y sociabilidad, y conecta con la esencia del Espacio Cultural Serrería Belga, dedicado a explorar el legado literario y artístico de la capital.


La muestra contempla un recorrido por la historia de estos establecimientos en Madrid, desde los antiguos mentideros populares como el Mentidero de la Villa (en las gradas de San Felipe el Real, junto a la Puerta del Sol, el más concurrido Y bullicioso, donde se discutía, comentaba y se difundían noticias y acontecimientos.

Esos mentideros fueron el germen de la consolidación de espacios icónicos como La Fontana de Oro, el Café del Príncipe, el Café de la Montaña o el Café de Pombo. 

El café de La Montaña uno de los más emblemáticos de finales del XIX, era conocido como "el café de las pulmonías", debido a las corrientes de aire que en invierno entraban por sus muchas puertas.

Esos cafés se convirtieron en verdaderos escenarios culturales. Espacios que acogieron tertulias memorables por las que pasaron escritores como Benito Pérez Galdós, Ramón María del Valle-Inclán, Pío Baroja o Manuel Machado, entre muchos otros. Y es que el café ha sido desde siempre un excusa para reunirse, un catalizador de pensamientos y sociabilidad. 

El Café de Pombo fue uno de los más emblemáticos de la ciudad y en el que el escritor Ramón Gómez de la Serna impulsó su célebre tertulia llamada “La sagrada cripta de Pombo”. 


Las piezas reunidas -actas, dibujos, recortes, fotografías, objetos de época y un proyecto fotográfico contemporáneo, incluyen, de forma inédita, las actas de las tertulias que tuvieron lugar en este local en 1944 y 1949.  


La exposición también reproduce un fragmento de la novela gráfica Los caballeros de la Orden de Toledo, de Javierre y Juanfran Cabrera, en el que Miguel de Unamuno dialoga con los tertulianos del Café de Pombo, en un guiño al mundo literario de la época.

La célebre tertulia  “La sagrada cripta de Pombo” presidida por De la Serna se recrea en Serrería Belga, arrojando una nueva luz sobre el ciclo de vida del Café de Pombo y su legado como un refugio para la libertad y la memoria.


Y con esto dimos por terminada la visita de los cafés, para pasar a la siguiente, no menos interesante.


La exposición Mil y un Quijotes. De El Paular al Castillo de Peralada reúne por primera vez en Serrería Belga más de 300 piezas de gran valor artístico, algunas de ellas inéditas, entre las que se incluyen obras bibliográficas como primeras ediciones del siglo XVII.


 Esta muestra presenta las ediciones más relevantes de Don Quijote de la Mancha que integran los fondos museísticos del Castillo de Peralada. Esta propiedad cuenta con una de las colecciones cervantinas más sobresalientes a nivel mundial constituida por cerca de 5.000 ediciones, de las que destacan los más de 1.000 ejemplares del Quijote.


En la exposición se incluye un apartado con iconografía quijotesca muy diversa: cromos, ex libris, cartas, tarjetas postales, aleluyas, pinturas, dibujos y grabados, entre otros. 


Entre las ediciones del siglo XX, sobresalen un ejemplar de corcho de la casa Viader impreso en 1905; una edición japonesa de 1936 con ilustraciones de Serizawa Keisuke en la que los personajes aparecen como samuráis; o una edición parisina de 1957 con 12 litografías originales de Salvador Dalí.


Pues una vez terminada la parte cultural quedaba, como siempre, la más prosaica, pero no menos grata: el aperitivo.


 Aprovechando que el sol atemperaba un tanto el frío, tomamos el vermú en la terraza del Sanabria. 


Don Santiago Ramón y Cajal nos dio la bienvenida al Colegio de Médicos, donde íbamos a comer en su restaurante, "La neurona de Cajal."

Comimos, y aprovechando que el lugar resultaba agradable y tranquilo, decidimos tomar el café y hacer allí mismo la tertulia.  


Y con eso, colorín colorado, esto se ha terminado. Hasta la próxima, en la que esperamos reunirnos todo el grupo; en esta ocasión, por diverso motivos, hubo algunas ausencias y echando de menos a esas compañeras.











DESDE DENTRO DE TAF: MARI CARMEN BARANDA

                                                  TERRORISTA NOVATA



Habían traspasado las nubes y un sol luminoso bañaba el avión. Era un Airbus 545, en el que viajaban varios políticos.

También volaban una muchacha llamada Ana y Paul, su novio, un antiguo piloto.

Él se levantó y cogió su mochila, la abrió y sacó dos armas, una para cada uno.

La chica disparó tan rápido como pudo a todos, incluido su novio.

Paul murió con una bala atravesando su pecho.

Sólo Ana vivía. Y no sabía pilotar un avión.


Mari Carmen Baranda

TAF SE MUEVE: RAIMUNDO DE MADRAZO EN LA FUNDACIÓN MAPFRE

 

En una mañana típicamente otoñal, nos dimos cita en la Fundación Mapfre, para hacer la visita cultural correspondiente al mes de octubre. 


Mapfre, en colaboración con el Meadows Museum de Dallas, hasta el 18 de enero del año próximo presenta y recupera en la Sala Recoletos de Madrid  la figura  de Raimundo de Madrazo; ilustra la trayectoria del pintor español en solitario, para mostrarla  como un artista individual más allá de la saga familiar.


Raimundo de Madrazo y Garreta (1841-1920) pertenecía a una saga de pintores que lideró la Academia española durante casi cien años. Fue hijo de Federico y nieto de José, ambos destacados autores de la corte española del siglo XIX. Además, su tío, su hermano y su hijo también fueron pintores. ¡Incluso su cuñado, Mariano Fortuny! La vida le dirigió siempre en la misma dirección:  Raimundo estaba destinado a ser artista. Y él no defraudó.



El joven Raimundo se inició en la pintura clásica  al lado de los mejores: su padre y su abuelo, por no hablar de maestros como Velázquez, Goya o Murillo presentes en el Prado, museo del que tanto Federico como José fueron directores. Él estaba llamado a perpetuar la saga y seguir escribiendo el apellido Madrazo con letras de oro en la Historia del Arte. 



Raimundo de Madrazo nació en Roma y vivió rodeado de todo tipo de comodidades. No le faltó nunca nada. 

A los 20 años se fue a París y se estableció allí, alejado del foco de su padre, que nunca paró de aconsejarle sobre los pasos que debía dar para triunfar. 


Retrató a los personajes más influyentes de mediados del siglo XIX y principios del XX, participó en varias exposiciones universales y recibió el reconocimiento en vida. 


Embajador de la elegancia parisina, inmortalizó como nadie a damas de la alta aristocracia y caballeros reputados, como la marquesa d’Hervey Saint-Denys, la XVI duquesa de Alba. 


También a  Aline Masson su musa, su cómplice y amiga que se pueden ver en la exposición en una obra cedida por el Museo del Prado, entre otras muchas, con Aline de protagonista.

Pintó escenas llenas de vanidad, fiestas carnavalescas donde los artistas se disfrazaban, tertulias literarias…

Mientras él pintaba escenas clásicas y galantes hasta bien entrado el siglo XX, los impresionistas ya habían sacado el caballete a la calle y los fauvistas exploraban las posibilidades del color. Su estilo exquisito y refinado terminó dando los últimos coletazos de pintura académica.


 Así que su arte terminó relegado a un segundo plano porque resultaba demasiado frívolo y superficial a ojos de una generación de creadores y críticos ansiosos de modernidad.


Este recorrido cronológico, integrado por casi un centenar de pinturas procedentes tanto de museos nacionales y extranjeros como de colecciones privadas, abarca desde 1859 hasta prácticamente su muerte. Raimundo murió a los 79 años como quería, rodeado del aura del pasado, en un lujoso palacete de Versalles, tras una vida de viajes, fiestas y privilegios.

Y finalizada la visita a la exposición nos dispusimos a tomar el obligado aperitivo.

Un vermut en La Taberna del Gijón, siempre es bien recibido.

Después recorrimos el paseo de Recoletos disfrutando del agradable día y de la Feria de Artesanía, que se celebra anualmente en estas fechas.


La comida la celebramos en Casa Carmen, un agradable restaurante en la calle de Alcalá, muy recomendable.
 

Ya solo quedaba el café; lo tomamos en el pub James Joyce, un local  típico irlandés, muy literario, que ya en otras ocasiones habíamos frecuentado para hacer la tertulia. Eso hicimos, leyendo y comentando los trabajos de cada una.


Y con todos los propósitos cumplidos y disfrutados, dimos por finalizada la salida cultural del mes de octubre. 







CON NOMBRE PROPIO: MARÍA ARRIBA




 

EPONINE II

 

Ha llegado el Otoño.

Tejeré una manta

con las hojas caídas del álamo

 y los silenciosos robles,

con el primer cierzo

ártico,

con las límpidas gotas

que harán brotar las ninfas

y los coprinos

con un racimo de uvas

y el sutil olor a leña

desnuda y húmeda en los cerros.

Tejeré una manta

y la bordaré

con jirones de mullidas

nubes plomizas

y con madejas de matinal escarcha

en los cristales blancos.

Tejeré una manta

dorada, rojiza y perla ageste,

urdida con el Otoño mismo,

para cubrir

nuestros cuerpos

y amarte bajo su hermosura

y sin frío…


María Arriba


TAF SE MUEVE: MUSEO ARQUEOLÓGICO

 El calor no impidió que cumpliéramos con la salida cultural del mes. La cita: Museo Arqueológico, para ver el Egipto de Eduard Toda.

Intelectual, diplomático y viajero incansable, Toda fue viceconsul de España en Egipto desde 1884 hasta 1886.


Durante su estancia en El Cairo, su integración en la sociedad cairota le acercó después a los egiptólogos y adquirió un valioso conjunto de antigüedades, fotografías y calcos que trajo consigo a España.


 Reunió una colección de más de 1350 antigüedades egipcias.  Su escasa formación y sus recursos, bastante limitados, dan idea a qué objetos podía acceder, aunque no por ello menos valiosos. 

Gran parte de estos objetos forman hoy una de las colecciones egipcias más importantes conservadas en una institución pública española, albergada en el Museo Arqueológico Nacional (MAN).



Las imágenes que muestran los muros de la exposición están tomadas de la colección de Eduard Toda. Representan hombres y mujeres de clases populares con  típicas vestimentas y diversas profesiones. Los egipcios con profesiones liberales o cargos públicos no eran fotografiados, al no ajustarse al imaginario occidental.

  En la muestra predominan piezas de pequeño y mediano formato, salvo por varios elementos del ajuar funerario.


Gracias a su amistad con los responsables de patrimonio, en 1886 participó en su viaje de inspección anual al Alto Egipto.

Durante ese viaje realizó actividades logísticas, de registro y labores fotográficas. Adquirió objetos y recabó información.

Participó en tareas de documentación  de las tumbas decoradas de Elbab y otros importantes yacimientos. 

También presenció la apertura de la cámara de Sennedjem. 


De vuelta a España promovió la divulgación de la civilización egipcia mediante conferencias y publicaciones.


Desde 1887, su carrera diplomática le llevó a nuevos horizontes. Participó en comisiones historico-culturales en Cerdeña (1887 y 1889) También en acuerdo de fronteras con Portugal, entre otros. Y fue cónsul en varias ciudades de Europa. En todos estos destinos mostró inquietudes similares a las que  tuvo en Egipto. 


Escribió y formó colecciones sobre otras culturas; sin embargo, Egipto fue su legado más famoso.



Finalizada la visita egipcia, aún tuvimos tiempos de ver, en la Sala de Novedades, el Tesoro de Tomares, Sevilla. 


El Tesoro lo componen diecinueve ánforas repletas de monedas romanas. 


Han permanecido ocultas durante diecisiete siglos en el subsuelo de una villa romana de la provincia del Aljarafe.


Más de cincuenta mil monedas de comienzos del siglo IV son un valiosísimo "tesoro" para la investigación científica que pueda desvelarnos su auténtico valor: el de su historia, nuestra historia.


Con esto finalizamos la visita al interior del Museo, aunque aún dimos un paseo por el jardín.


 
Decidimos que estando allí era obligado bajar a ver las pinturas rupestres de Altamira. 

La recreación de la cueva es siempre interesante y muy de agradecer, tan refrescante, con el calor que hacía en la calle. 


No podíamos irnos sin ver el arco románico de San Pedro de las Dueñas, del siglo XII, recientemente instalado y reproducido íntegramente con una impresora 3D. Lo antiguo y lo moderno compartiendo espacio. 


Y terminadas las visitas al Museo Arqueológico nos encaminamos a buscar un sitio donde tomar el aperitivo.  


As Pedriñas Novas, en Ortega y Gasset, en un local que ya conocemos y nos gusta, y se unió otra compañera. Muy ricos los torreznos y los boquerones en vinagre. 

Y otra más se acopló a la hora de la comida en Saona, también un restaurante que hemos frecuentado anteriormente.


  Solo quedaba el café, y aumentamos el grupo con otra integrante más de TAF. Leímos y comentamos los deberes, se propusieron ideas para hacer durante las vacaciones y que no nos apolillemos, formalizamos fechas de próximas reuniones y así dimos por finalizado el curso.
 
Ya comienzan las vacaciones para unas y otros y hasta septiembre no volveremos a reunirnos y retomar nuestras tertulias. Despedidas, abrazos, buenos propósitos y mejores deseos para este verano.

Desde "esta ventana", os deseamos un buen verano a todos, en el que además de disfrutar de otros lugares, mar, montaña, distintas ciudades, dejéis un poco de espacio para el descanso y que vuele la imaginación, que siempre es bueno seguir creando historias.