MOMENTOS
1.
CÍRCULOS
¡Te amo, te amo y te amaré…! , cantaba
Estela Raval.
Su
voz me envolvía a cuarenta y cinco revoluciones por minuto y yo, asomado a la
ventana en aquel caluroso verano del sesenta dos, esperaba impaciente a mi niña
gitana. Como cada tarde.
Y ella, al pasar, miraba hacia arriba y me
decía con los ojos que fuera a cortejarla.
Pero nunca lo hice y un día,
cuando miles de hojas secas se arremolinaban en las aceras, la vi acompañada
por un hombre. Un hombre que la rodeaba con sus brazos y la besaba.
Coloqué de nuevo la aguja en la primera
canción del disco…
¡Te
amo, te amo y te amaré…! , repetía una y otra vez Estela, mientras yo aguantaba
las lágrimas y me hacía daño en las manos, de apretar las ruedas de mi silla.
2.
UN
MUNDO MARAVILLOSO
Metí
el coche en el garaje y esperé su llegada. Bajé las lunas laterales, me recliné
sobre el respaldo del asiento y conecté la radio.
Mientras
la perseguía alrededor del auto, golpeando rítmicamente el techo con las palmas
de mi mano, me sentí Harrison Ford. Y entonces se obró el milagro. Ella era
Kelly McGuillis y en el aire sonaba What a wonderful world.
3. TÚ SERÁS MI BABY
El
domingo tocaba a su fin. Un domingo de verano de 1964 que había disfrutado con
mis amigos en el pantano de San Juan.
Los
Surf cantaban “Tú serás mi baby” en la radio del autocar, mientras callejeaba
por Madrid repartiendo a los excursionistas, de regreso a sus casas.
Ella
iba sentada delante de mí y de vez en cuando se volvía a mirarme.
Paco
sacó una baraja y nos pusimos a jugar. Él, Toñete y yo. La muchacha se acercó y
se sentó a mi lado. Era preciosa. Jugamos a las cartas durante un rato y nos
rozamos las manos, como sin querer.
Se
bajó en la calle de San Bernardo. Para siempre.
F.J.Fayerman
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