Este año con la crisis no podía ir de vacaciones, pero la repentina muerte de mi amigo Miguel me ha dejado tan tocado que necesitaba alejarme de la rutina y escapar de la ciudad.
No lo pensé dos veces, con los escasos ahorros compré un pasaje de ida a Isla Margarita, Venezuela y seis días con todo incluido y aquí estoy, disfrutando del Caribe.
Esto es maravilloso. Tal vez regrese cuando consiga juntar dinero suficiente para pagar el billete de vuelta. No creo que tenga problemas para ganarme la vida en este paraíso. Soy un mago con la coctelera y un portento tocando las kalimbas, que no olvidé incluir en mi equipaje.
Un abrazo y ya os iré contando.
Agustín.