EL ROSAL SOLITARIO
Soy un precioso rosal, inundado
de un montón de hojas verdes, aunque algunos de mis tallos tienen un color café
que me encanta.
Estoy repleto de espinas, que
quieras que no, me dan un toque elegante.
Soy de raíces fuertes y
profundas, pero me siento muy solo, nadie ha venido nunca a visitarme a mi
pequeño descampado. Yo no pierdo la esperanza, ya que mis rosas son negras y un
día escuché que nunca me marchitaría.

Y en ese momento me di cuenta que mi hija ya no quería vivir. Estaba cansada de luchar y aceptó que su destino sería ser una flor marchita tendida al lado del rosal donde nació, en la tierra que siempre había sido su hogar.
Ana Benéitez Alonso