Nací en Madrid a finales de 1960. Mi trabajo como secretaria, a tiempo parcial, me ha permitido dedicarme a otras actividades que han contribuido a acrecentar mi desarrollo personal.
Siempre me ha gustado el contacto con la tierra y trabajar con las manos, tal vez por eso, durante años, di rienda suelta a mi imaginación haciendo cerámica, pasando por talleres tan importantes como el de Pepa Jordana, José María Gil ó Ángeles Loriz entre otros, en los que aprendí y practiqué casi todas las técnicas. Amplié mi formación en modelado y escultura con Marisa Campoy y Yolanda Blanco. De aquellos años, además de la experiencia, atesoro un grato recuerdo de
compañeros con los que coincidí, unido a algunas de las piezas que decoran mi hogar.
La jardinería y la floristería son otras de mis aficiones, que practico de forma habitual, en cuyo conocimiento he seguido profundizando y ampliando mi formación.
Llevada por mi gran interés con todo lo relacionado con la salud y el auto-conocimiento he participado en cursos y seminarios de los que siempre he sacado una enseñanza, un beneficio físico o psicológico, y me han ayudado a seguir creciendo y a sentirme bien a todos los niveles, como el yoga, las técnicas vibracionales, gemoterapia, polarización energética, PNL, reflexología podal, kinesiología, pilates, chakras, astrodiagnósis, mandalas, y reiki, disciplina en la que me llegué a formar como maestra y sigo impartiendo cursos, en un intento de aportar mi pequeño granito de arena para mejorar este mundo, en la medida de mis posibilidades.
También me he sentido atraída desde siempre por el mundo infantil, en el que tengo una amplia experiencia como diplomada en puericultura, auxiliar de guardería y auxiliar técnico educativo en necesidades educativas especiales; precisamente en esta ardua tarea he podido trabajar con una niña autista con un resultado muy gratificante a nivel personal. Pero sea cual fuere la labor acometida en este campo, siempre he disfrutando de la compañía de los niños, y de todo lo que ellos me pueden aportar, que es muy enriquecedor, además de resultarme divertido.
Siempre soñé con ser escritora y aunque aún no lo he conseguido, pues sólo he visto publicadas algunas cosas en revistas con las que he colaborado, creo que todavía puedo estar a tiempo de cumplir mi sueño. Comencé a escribir poesía en la adolescencia, como casi todo el mundo, para seguir con relatos cortos. Mi proyecto más ambicioso fue rescatar de la bruma del olvido la figura de mis abuelos y, durante dos años, realicé una exhaustiva investigación con el fin de escribir su historia. Con este trabajo tan personal en el que me vi directamente afectada y comprometida me he sentido especialmente recompensada y totalmente realizada; gracias a él han sido muchas las alegrías que endulzaron los sinsabores, y me han proporcionado paz y felicidad.
También he escrito varias biografías, siempre por encargo, con resultados muy satisfactorios, y tengo una novela dormida en el cajón, esperando su ocasión.
Estoy encantada en este momento de mi vida, perteneciendo a un grupo literario con el que comparto desde hace años mi afición a contar cuentos, a inventar historias. Los tertulianos no sólo me ayudan y animan a seguir adelante en este camino de las palabras, sino que me prestan su apoyo incondicional y su amistad, que valoro especialmente. Son un acicate para seguir escribiendo, aprender de lo que ellos hacen supone una motivación más. Creo que ante el café de los miércoles, mientras escucho lo que leen, vuelvo a ser una niña y me siento feliz con el coloquio. Ellos representan un paréntesis en la semana, como una burbuja de aire fresco que me hace respirar mejor y con mayor profundidad, por lo que me siento muy agradecida.
Siempre me ha gustado el contacto con la tierra y trabajar con las manos, tal vez por eso, durante años, di rienda suelta a mi imaginación haciendo cerámica, pasando por talleres tan importantes como el de Pepa Jordana, José María Gil ó Ángeles Loriz entre otros, en los que aprendí y practiqué casi todas las técnicas. Amplié mi formación en modelado y escultura con Marisa Campoy y Yolanda Blanco. De aquellos años, además de la experiencia, atesoro un grato recuerdo de
compañeros con los que coincidí, unido a algunas de las piezas que decoran mi hogar.
La jardinería y la floristería son otras de mis aficiones, que practico de forma habitual, en cuyo conocimiento he seguido profundizando y ampliando mi formación.
Llevada por mi gran interés con todo lo relacionado con la salud y el auto-conocimiento he participado en cursos y seminarios de los que siempre he sacado una enseñanza, un beneficio físico o psicológico, y me han ayudado a seguir creciendo y a sentirme bien a todos los niveles, como el yoga, las técnicas vibracionales, gemoterapia, polarización energética, PNL, reflexología podal, kinesiología, pilates, chakras, astrodiagnósis, mandalas, y reiki, disciplina en la que me llegué a formar como maestra y sigo impartiendo cursos, en un intento de aportar mi pequeño granito de arena para mejorar este mundo, en la medida de mis posibilidades.
También me he sentido atraída desde siempre por el mundo infantil, en el que tengo una amplia experiencia como diplomada en puericultura, auxiliar de guardería y auxiliar técnico educativo en necesidades educativas especiales; precisamente en esta ardua tarea he podido trabajar con una niña autista con un resultado muy gratificante a nivel personal. Pero sea cual fuere la labor acometida en este campo, siempre he disfrutando de la compañía de los niños, y de todo lo que ellos me pueden aportar, que es muy enriquecedor, además de resultarme divertido.
Siempre soñé con ser escritora y aunque aún no lo he conseguido, pues sólo he visto publicadas algunas cosas en revistas con las que he colaborado, creo que todavía puedo estar a tiempo de cumplir mi sueño. Comencé a escribir poesía en la adolescencia, como casi todo el mundo, para seguir con relatos cortos. Mi proyecto más ambicioso fue rescatar de la bruma del olvido la figura de mis abuelos y, durante dos años, realicé una exhaustiva investigación con el fin de escribir su historia. Con este trabajo tan personal en el que me vi directamente afectada y comprometida me he sentido especialmente recompensada y totalmente realizada; gracias a él han sido muchas las alegrías que endulzaron los sinsabores, y me han proporcionado paz y felicidad.
También he escrito varias biografías, siempre por encargo, con resultados muy satisfactorios, y tengo una novela dormida en el cajón, esperando su ocasión.
Estoy encantada en este momento de mi vida, perteneciendo a un grupo literario con el que comparto desde hace años mi afición a contar cuentos, a inventar historias. Los tertulianos no sólo me ayudan y animan a seguir adelante en este camino de las palabras, sino que me prestan su apoyo incondicional y su amistad, que valoro especialmente. Son un acicate para seguir escribiendo, aprender de lo que ellos hacen supone una motivación más. Creo que ante el café de los miércoles, mientras escucho lo que leen, vuelvo a ser una niña y me siento feliz con el coloquio. Ellos representan un paréntesis en la semana, como una burbuja de aire fresco que me hace respirar mejor y con mayor profundidad, por lo que me siento muy agradecida.
( Enlace a blog individual de Graziela E.Ugarte )
10 comentarios:
UN RELATO TIERNO. ME GUSTA. LA CERÁMICA ES PRECIOSA.
Muchas gracias por tu comentario "anónimo" y me alegra que te guste el cuento y la ceramica.
Graziela
Estás muy guapa en las fotos de la presentación y leíste muy bien tu trocito.
¡Bien por tus cursos de reiki y por tus manitas artesanas!
Tres relatos llenos de generosidad y unos microrelatos estupendos, concisos,cercanos, tiernos.Son de los de releer.Los tres últimos (Ausencias, El silencio y La herencia)son puro sentimiento.Un gusto tenerlo en mi librería.
Unos trabajos preciosos y amenos. Debería llamarse el Cuaderno "Graciela en esencia" solidaria, amorosa, sensible... Una persona extraordinaria y un lujo de hermana.
Cuentos de invierno con calor y todo corazón.
La autora más humana que divina, se acerca con todo cariño, a personas, animales o cosas y ante todo las humaniza y eleva de categoría. El alma de las cosas, de los animales y de las personas esta ahí Graziela puede verlo y sentirlo. Y lo comparte con todos nosotros. Gracias
Javier
CUENTOS DE INVIERNO, de Graziela E. Ugarte Muñoz
LA MENDIGA: Aunque parezca que el mundo es un semillero de maldad, no siempre es así. Aún existen almas nobles, desinteresadas, que se dedican a hacer el bien a sus congéneres. Cierto es que tenemos algunos reparos en acercarnos mas de lo indispensable al mundo de la medicidad, por su falta de higiene, miedo a que nos contagien alguna enfermedad, terror a que tras su apariencia se esconda un atracador, etc, etc, pero en el cuento de Graziela encontramos a una narradora dispuesta a hacer su buena acción del día. Y como estas cosas suelen tener su recompensa, en este caso, la protagonista la encuentra en el bienestar de su madre enferma. Los personajes son creibles, la historia bonita, apoyada principalmente en los abundantes diálogos.
EL JARRÓN: ¿Quien puede asegurar que los objetos no tienen vida propia? Tal vez la suya nada tenga que ver con la humana pero...
La autora nos muestra en este monólogo la forma de pensar y sentir de un viejo jarrón, que recuerda con cariño a todas aquellas personas que lo cuidaron a lo largo de los años, y que ahora, ya castigado por el tiempo y por la desaparición de algunos de ellas, añora. No puede olvidar su esplendor de antaño, y se siente orgulloso cuando puede albergar exquisitos ramos de flores. Son los sentimientos de un jarrón, pero podrían ser los de cualquier persona que se sienta cercada por la vejez.
CONFESIONES: Los malditos convencionalismos, en situaciones extremas, nos pueden arrastrar al pronunciamiento de palabras, o a proponer hechos, que jamás nos atreveríamos a pronunciar en voz alta. ¿Cómo una madre, creyente, y que se ha visto en la necesidad de adoptar, puede proponerle a su hija un aborto, por ser soltera? Afortunadamente, las personas jóvenes demuestran algunas veces una madurez que no tienen los mayores, y tienen claro qué quieren y qué no quieren hacer. (Continúa en mensaje aparte) Juan
Calderón
CUENTOS DE INVIERNO (Continuación)
Este podría ser el resumen de CONFESIONES, que además nos deja el buen sabor de boca de una nueva vida, que, en lugar de venir con un pan bajo el brazo, lo que trae es la dicha familiar.
VIVENCIAS: Bajo este título genérico, Graziela Ugarte, aglutina una colección de pequeños relatos, cada cual totalmente independiente de los demás. Son como pequeños fogonazos, diminutos formatos para grandes historias, íntimas, acogedoras...retazos cotidianos.
Estamos ante un cuaderno de lectura fácil y amena.
Juan Calderón
Muchas gracias Juan, por tan atenta lectura y por este detallado analisis de mis cuentos. Tus palabras, sin duda, engrandecen mi trabajo; espero que después de ellas, la gente no se sienta decepcionada con mis relatos.
Besitos de todos los colores
Graziela
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