POSTAL Nº 5/2012




Esta no es una una postal normal. No tiene un precioso paisaje, pero quería contaros mi experiencia de este verano. 
Justo el día antes de irme de vacaciones una muela que me llevaba días dando avisos empezó a dolerme en serio.  Mi dentista, ya no estaba en Madrid, yo me sentía fatal y en esa situación no estaba dispuesto a emprender ningún viaje. Afortunadamente conseguí cita con un odontologo amigo de la familia que también se marchaba ese mismo día. Cuando salí de su clínica, sin la muela mala y los dolores, me sentía un hombre nuevo y dispuesto a disfrutar del verano.
Aprovecho este espacio para dar las gracias al Doctor que me arregló el verano, Javier Ortega y recomendaros que os pongáis en sus manos sin ningún reparo, es estupendo. 
Os mandaré una postal de Zamora.
Un saldo
Jesús. 

2 comentarios:

PILARA dijo...

Estoy totalmente de acuerdo, Javier trabaja de maravilla, no hace daño y es un encanto.

Clínica Dental Dr. J. Ortega Muñoz dijo...

Ufff! me voy a poner colorao! Pero no por los comentarios, que también, sino porque llevo casi tres semanas (si no más)queriendo hacer un comentario de agradecimiento por tan amables palabras... pero que si la vuelta de vacaciones, el cheque de guardería, el gimnasio, el fisio, y que cuando paro a descansar generalmente me quedo dormido, amén de ser más "despistao" que Mr. Bean, y un pelín desganao. Al final han tenido que venir María y Pilar por la consulta (a la última la tengo en el potro durmiéndose en toooodos los sentidos) para que decida arrancarme y soltar unas líneas.
Si duda la satisfacción y placer (personal y profesional) que me reportar leer esta postal compensa con creces el esfuerzo que pueda suponer abrir la clínica a un amigo o a cualquier persona que pase por la calle, aunque siempre es más dulce que venga que este tipo de cosas vengan por parte de un amigo. Y haber tratado a Jesús en estas circunstancias ha sido especialmente agradable. Y no sólo por que te dediquen una postal donde te dicen que trabajas bien. Quizá algo más porque te dicen que les has ayudado, un poquito más porque te dicen que les has arreglado el día, pero sobre todo porque cuando atendí a Jesús, de lo que menos hablamos (o por lo menos lo menos que recuerdo) es de dolores, de muelas y de dentistería en general. De lo que más hablamos es de cuanto tiempo había pasado de una fiesta de disfraces, y lo bien que nos lo pasamos en ella. Es decir de los buenos recuerdos que tenemos el uno del otro.
Eso si que no tiene precio, y no la Mastercard.
Por eso, gracias infinitas... ¡¡y por la promo también!! ;-P