De
lunas y deseos
De
las lunas de tus ojos emerge una fuente que gotea deseos
anaranjados
que resbalan hasta tu boca
y
salpican tu rostro,
meciendo tus pecas,
removiéndote hasta dentro
y por dentro…
La
distancia no olvida nunca
cuando
el amor es verdadero.
La
distancia te amarra,
te
agita y te araña con sus uñas.
Las
distancias
no
existen
cuando
el amor late lunas y deseos
y
te siento
tan
cerca
que te puedo tocar.
Te
toco.
En
las lunas de mis ojos acaban de acampar unas gotas:
desveladas,
hambrientas,
sinuosas,
provocativas,
verdes
y
amarillas,
que
esparciéndose
te buscan.
Una
de ellas cruje,
le
tiembla la vida.
Luego
se abre,
me trae tu voz:
“Te
sigo esperando”, me dice
mientras
me observa
y
yo la acuno con mimos y ternuras,
la acaricio con miradas, le
doy mi vida.
“Y
yo a ti, amor”, le contesto en silencio.
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