TAF SE MUEVE. LA FRAGATA MERCEDES

  La mañana, indecisa entre nubes y sol, estaba ventosa y fría, pero nada de eso impidió que nos diésemos cita en el Paseo de la Castellana para visitar el Centro Cultural Coreano.

El Centro Cultural celebra la Primera Exposición de Shin-Hye Park titulada: Contemplación y Comunicación con Naturaleza sobre sí misma”: "Dibujar el mar con la mar”, en la que se exhiben 37 obras de la artista.




Park Shin-Hye, no sólo nos muestra la verdadera ´naturaleza sino también en qué consiste su índole y nos cuestiona acerca de ella.  

  
Park Shin-Hye, nacida en Daegu, Corea. Graduada en la Universidad de Hong-Ik, Seúl, estudió un Máster en Bellas Artes en Alemania, Freie Kunst, Gesamthochschule Kassel, Universidad des Landes Hessen.

   
 Firmamos en el libro de visitas, dejando constancia de la presencia de Taf en la exposición, y seguimos camino.
El siguiente destino: el Museo Arqueológico Nacional para visitar la interesantísima exposición "El último viaje de la Fragata Mercedes" 
                                                      
 

Bajo el subtítulo Un tesoro cultural recuperado, el Museo Arqueológico narra las circunstancias y consecuencias que tuvo en la época la voladura de la fragata y se centra en los aspectos arqueológicos de los bienes recuperados con la batalla legal emprendida por el Gobierno de España en su defensa como telón de fondo. La muestra destaca la importancia del patrimonio subacuático y da a conocer el contexto histórico de la época y las circunstancias del hundimiento de este buque de la Armada en 1804.

Recuperado el tesoro por el Estado español tras el litigio mantenido en los tribunales norteamericanos contra la empresa Odyssey, se exponen objetos de época, documentos históricos clave procedentes de archivos estatales, y más de 30.000 monedas. 
Esas son algunas de las obras y bienes culturales que se pueden contemplar en la exposición.

Finalizada la visita, disfruamos de un agradable paseo por el otoñal Recoletos
                     
En la calle Almirante tomamos el preceptivo aperitivo, que ya era hora y los ricos pescaditos y las migas nos repusieron las fuerzas. 




 

Y a continuación llegamos hasta Santa Bárbara para comer un estupendo y reconfortante cocido.

Para rematar la jornada hicimos la tertulia en el emblemático Café Gijón, a ver si se nos contagia algo de tanta creatividad literaria que entre sus paredes se ha dado. 

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