CON NOMBRE PROPIO: KOU. "El documento manuscrito"

EL DOCUMENTO MANUSCRITO


Kou 

Encendió las luces del salón, puso música barroca y comenzó a apilar leños para encender el fuego en la chimenea. En el exterior, el viento helado ululaba atronador afirmando su poder invernal. Eran las nueve de la noche y las llamas jugueteaban bulliciosas mientras su mirada no parpadeaba observando las formas hipnóticas que se dibujaban al azar. Tomó un sorbo de vino y miró hacia un cuadro que, entre cristales, conservaba un documento manuscrito de familia de mucha antigüedad.  Las letras de siglos pasados, abundaban en términos de lenguaje remotos. Los ratones lo habían mordisqueado antes de enmarcarlo y las dentelladas del tiempo habían formado surcos que parecían dibujar un rostro enigmático. Poco a poco, el efecto de la extraña forma iba desapareciendo. Ya no percibía ningún rostro, sin embargo, las antiguas letras parecían resaltar cada vez más. En ellas aparecieron sus antepasados relatando sus historias nunca contadas, sus miedos nunca confesados, sus  alegrías fugaces pero intensas escritas con palabras que se iban desgranando aquí y allá por el papel cobrizo con trazos adornados de antiguas expresiones. Se detuvo en diferentes palabras, se sumergió en ellas buceando en el significado que sus ancestros habían volcado. Empezó a revivir instantes inquietantes de vidas vividas, de contornos imprecisos y almas desdibujadas. Reescribió historias, revivió sentimientos, vivió muchas vidas y murió muchas muertes. La copa de vino resbaló de sus manos y se estrelló estrepitosamente contra el suelo. Salió de repente de su ensoñación y lentamente, se sirvió otra copa de vino, fijó su mirada en el fuego crepitante y sonrió. 

FIN

1 comentarios:

tafpilar dijo...

Qué buena historia. Es muy inspiradora y daría para mucho más.