LA CASCADA DEL DIABLO
Kou
Aquel verano le hacía ilusión
escalar la extraña Cascada del Diablo escondida en la zona boscosa del río
Irate en Zamara. Compró su billete de avión con tiempo y, a mediados de julio,
puso rumbo a sus vacaciones soñadas.
Llegó a Birloi, capital de
Zamara y decidió descansar esa noche del largo viaje. A la mañana siguiente,
tomó un bus traqueteante a Siralia que le fue mostrando, durante unashoras, los
diferentes paisajes serpenteantes llenos de verdor y de intrincadas montañas.
Al llegar se instaló en un hostal y preparó el equipo de escalada libre con
casco, arnés, magnesera con tiza, pies de gato y ropa apropiada.
Al
día siguiente, tomó una de las pequeñas camionetas que llevaban a los nativos y
a turistas a la zona donde se desplomaba la alta caída de agua que cubría de
bruma toda la zona. La magia que desprendía esa cascada ululante y amenazadora
y el hecho de que muchos que se atrevieron a desafiarla lo pagaran con su vida,
le dieron fama de maldita. Y allí, en su base, se encontraba él decidido a
escalarla por su lado derecho que tenía rocas salientes más accidentadas y con
mejores apoyos para las manos y pies. El problema entrañaba en la humedad que
hacía la subida muy resbaladiza y necesitaba una alta concentración en
visualizar cada peldaño. Llevaba el mínimo equipo apropiado aunque sabía que el
reto era difícil. Accionó la cámara que llevaba puesta en la frente para grabar
su ascenso y comenzó a desplazarse en vertical poco a poco. Ya en la primera
parte del recorrido, estaba totalmente empapado.Continuósubiendo con
dificultades. El ruido del agua era atronador pero el seguía buscando un
saliente aquí, un hueco allí para acomodar las manos y pies que le permitieran
seguir avanzando. Miró hacia arriba y el final le pareció lejano pero no
imposible de alcanzar. No estaba dispuesto a rendirse. Se detuvo a admirar todo
lo que le rodeaba y continuó su esforzada subida.
Ya
cercano a la meta, una roca le invitó a apoyarse. Dentro de la cavidad había restos
de musgos putrefactos, se le resbaló la mano y comenzó a perder el precario
equilibrio que tenía.Trató de aferrarse firmemente, pero su mano seguía
resbalosa y no aguantaba. Su cuerpo mojadose fue desprendiendo de su
afianzamiento lanzándole al vacío. Su mente comenzó a dibujar un premonitorio
desenlace. Imaginó cascadas majestuosas, mundos inaccesibles y montañas
altísimas desde donde el veía el mundo interminable y una suave sonrisa se dibujó
en su rostro mientras su cuerpo caía velozmente hacia el suelo pedregoso que
acogería, imperturbable, su rápido final. Su cámara, aún cuando se dañóen la
caída, registróuna visión aterradora de la cascada diabólica, una trágica caída
y un grito final.
Fin
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