CONCURSO DE RELATOS CON FOTOGRAFIAS DE TANIA AMADOR

 Para seguir manteniendo la actividad, entre los integrantes del Colectivo Tirarse al Folio organizamos un concurso de relatos. Para ello, contamos con la ayuda de la fotógrafa TANIA AMADOR, que amablemente nos cedió tres de sus fotos, para que sirvieran de inspiración a nuestros cuentos.

Se presentaron 21 cuentos y, entre ellos, la propia Tania Amador, ha sido la encargada de leer, valorar los relatos y elegir el que más le gustaba, sin saber en ningún momento quien lo había escrito y teniendo en cuenta a la hora de dar su veredictos "El punto de vista fotográfico: donde el instante estático forma parte de la historia. Que durante todo el relato se visualice la fotografía que ha generado la historia".

Y las ganadoras son:

Para la fotografía A), "EL BANCO DE LAS VIUDAS"

 MARISOL MARIÑO 

“MI ABUELA” 

 Dice Tania Amador: "El autor nos introduce en una trivial fotografía, recuerdo de familia, donde lo evidente esconde otra realidad, donde se comparten confidencias pero se ocultan secretos".


MI ABUELA


           – Cómo me recuerdas a tu abuela, ¡te pareces tanto a ella! –dijo mientras la cogía con cariño por los hombros.

           – Intentaba recordar las historias que me contaba al mirar esta fotografía contestó Azucena.

        – Mira, la que lleva el gorro, es Rosario. Tenía una tienda en el pueblo y dos niñas muy traviesas. Su marido, Antonio, era viajante. Un día le dijo que se había enamorado de otra y se marchó. Volvió quince años más tarde, enfermo y sin dinero. Rosario era tan buena, que lo cuidó durante más de dos años. Fue la primera en sentarse en el banco. ¿Te lo contaba así?

        – Sí, sigue   – dijo Azucena.

 –       – Adelina, la de negro, era la señorita, hija única del mayor terrateniente de todo el pueblo.

         – La abuela me contó que se enamoró del hijo del cabrero, se llamaba…

        – Ricardo, continuó su madre, algo impensable para sus padres. Cuando cumplió veintiún años, dijo que se casaría con él o dejaría de comer.

         – ¿Al final aceptaron que se casase? –preguntó la joven.

         – Sí, y fueron muy felices, aunque el matrimonio duró solo dos años. Ricardo tuvo un accidente con su tractor. Ella estaba embarazada y perdió al niño, desde entonces, hizo compañía a Rosario.

         – ¡Qué triste!

        – La del pelo blanco, es Lolina. Su padre quiso que estudiara magisterio y ella estaba muy contenta dando clase. Conoció a Genaro, un buen mozo, y se enamoró como una tonta. Él quería que estuviese en casa y la obligó a dejar de trabajar. Era juerguista, borrachín y mujeriego, ¡vamos, un encanto! También se le iba la mano de vez en cuando. Lolina tuvo una mala vida a su lado y cuando falleció, por fin descansó.

        – Y se unió a las otras dos… –dijo Azucena.

      – Claro. Tu abuela, la última, hablaba poco de ella. Llegó al pueblo con tu padre, que tendría cuatro años. Todas sentían envidia cuando contaba lo bueno que había sido Fernando, su marido pescador. El día que su barca “Gaviota” no regresó a puerto, supo que no podría seguir viviendo cerca del mar y vino a este pueblo de montaña que había conocido de joven. Empezó a trabajar en la pensión y terminó sentándose en el que todos conocían como…

          – El banco de las viudas,  concluyó Azucena.

         – Sí, aunque un día que tu abuela estaba mirando está foto, me dijo: “La única que no era viuda en este banco, era yo”.  

Marisol  Mariño

                       


p     Para la fotografía B), "LLUVIA" . 

G    GRAZIELA UGARTE 

"    UNA MALA NOCHE” 

El  El autor nos relata, desde el instante estático que recoge la fotografía, una historia completa: un antes y un después a ese momento.



UNA MALA NOCHE

     La calle estaba mojada, hacía frío. Solo llevaba unos meses en la ciudad. Al vernos, los dos nos quedamos parados, observándonos. Sorprendidos al reconocernos, pese a la escasa  luz.       

            Habían pasado muchos años… Una oleada de sentimiento y emociones volvieron a atenazarme el estómago. Seguía siendo una mujer bellísima. Aunque estábamos solos, la imagen de su traición seguía interponiéndose entre nosotros.

            Sonrió con tristeza, y todo se iluminó para mí. No sé cuanto duró aquel momento, no quería que se acabara.

            Empezó a llover con fuerza. Abrí el paraguas y me acerqué a ella, ofreciéndole mi brazo, invitándola así a que se cobijara a mi lado. Aspiré su perfume cuando se acercó y con los labios me rozó el cuello, susurrándome un “lo siento mucho”.

            Añoraba su voz, su aroma, el tacto de su piel, y aquellas palabras, como si fueran un conjuro, borraron todo lo ocurrido.

            La calle estaba mojada, ya no hacía frío porque ella volvía a estar a mi lado. 

Graziela Ugarte


Para la fotografía C) "LA BODA" 

BEGOÑA PEÑA, 

"LAS CORTINAS” 

"El autor nos pone en los ojos de la niña y con ella nos introduce en la fotografía, el ambiente, la casa. Nos muestra su deambular por el mundo de los adultos a hurtadillas y semi escondida".


LAS CORTINAS

 La casa de la abuela es grande, tan grande que puedes esconderte en mil sitios, incluso perderte en ella, por eso me gusta tanto venir a pasar el verano. Este año mucho más, porque se casa una de las primas; yo voy a llevar las arras y mi hermana los anillos. A ella se los han puesto en una almohadilla rosa, atados con un lazo, para que no los pierda. Yo, como soy un año mayor, llevaré las monedas, en un cestito de paja todo forrado de encaje.

Se va a casar en mitad del campo, en la ermita e iremos todos caminando. Mamá nos ha dicho cien veces, que tengamos cuidado con las alpargatas, que son hechas a mano, y que procuremos no mancharlas de verde antes de la misa. Los vestidos también son en rosa con cintas doradas y tienen corte de princesa. Mamá ha dicho que la novia y nosotras vamos de medievales, que es algo así, como ir de antiguas y todo el rato insiste que no emporquemos los bajos.

Por la galería, puedes ir de habitación en habitación y como por el calor, los ventanales están de par en par, entre cortinas, ves a todos y como van terminando de vestirse.

A la novia ya le han colocado la corona y se la sujetan con horquillas, para que por el camino no se le pierdan las flores; abuela se estaba calzando los zapatos y papá ya ha bajado al porche a fumarse un cigarro. También he visto al novio, tan alto, tan guapo, hablando con su amigo Fran; reían mucho, aunque bajito y se les veía súper contentos. Le estaba diciendo que menudo braguetazo, iba a dar con el casorio y que por fin podría tener más dinero. Yo no he entendido nada, porque no sé qué tienen que ver las bragas con el dinero, así que cuando termine de hacer la ronda por la galería, lo primero que haré, será preguntárselo a papá, para que me lo explique. Bueno, eso si consigo que ambas palabras no se me olviden.

 Begoña Peña

 

 



1 comentarios:

tafpilar dijo...

FELICIDADES A LAS GANADORAS. MUY MERECIDOS GALARDONES POR TAN BUENOS TRABAJOS.