De espectáculos. Por Iñaki Ferreras

Musical

• “Al final del arco iris”.
  Toda la temporada. 
  Teatro Marquina.

 Este musical de pequeño formato rinde homenaje a la actriz y cantante Judy Garland, mujer del cineasta Vincent Minnelli y madre de la legendaria Liza Minnelli, a través de la música que le hizo brillar. Los actores Natalia Dicenta y Miguel Rellán protagonizan esta producción llena de comedia, emoción, glamour y también drama porque la vida de la Garland fue muy dramática, básicamente por sus decepciones amorosas y su adicción al alcohol y a otras cosas, según las malas lenguas de la época.

  Su autor, Peter Quilter, quiso llevar al texto el declive de Garland, la actriz sin infancia que fue destinada y obligada a ser artista. Ella vuelve al escenario, esta vez encarnada por Dicenta, junto a su futuro quinto marido, Mickey Deans -papel interpretado por Javier Mora- y su pianista amigo, Anthony (Miguel Rellán).

El autor ha captado muy bien la esencia de la vida privada y pública de la diva y la ha rodeado de música y glamour. "Al igual que la vida de Judy Garland, la obra tiene humor con una historia fuerte", ha declarado Natalia Dicenta a Europa Press.

   A pesar de la risa, la emoción, la luz y el show que contiene esta obra, también aparecen señales de la vida dura que vivió la actriz, "uno de los mayores talentos que ha dado el siglo XX", según indica Dicenta, pero que fue "explotada desde los dos años y hasta el final de su vida".

  Según relata la actriz, "Garland brilló con una intensidad bárbara de su talento, pasión, capacidad, energía y carisma. El mundo entero la adoraba, pero creció en un mundo paternalista y machista y ella se convirtió en una caja registradora desde pequeña para las personas que controlaban su vida. Lo que le decían era calla y canta, así que, por mucho dinero que produjese, la pirámide de poder era clarísima", afirma.

Lo interesante del aspecto dramático de la vida de Garland -al igual que sucedió con personas como Marilyn Monroe- es que "si hubiera sido una artista maravillosa y una ama de casa perfecta tendría un éxito normal, lo malo es que la trastienda es patética, según los responsables del montaje.

Superará exitosamente Natalia Dicenta este difícil envite. Cantar,desde luego, canta, desde hace mucho tiempo, y muy bien. Pero ella no quiere imitar a la Garland en su estilo, sino cantar como lo hace ella misma para transmitir

Teatro

- “Gata sobre el tejado de zinc caliente”. 

Hasta el 27 de febrero. Teatro Valle-Inclán

 El director del Teatre Lliure, Àlex Rigola (“Nixon Frost”, “Largo viaje hacia la noche”, “2666”), trae a Madrid su versión de “Gata sobre tejado de zinc caliente”, de Tennessee Williams, un espectáculo que pretende hacer un "teatro cercano a la verdad", íntimo y profundo y que se concentra en el ser humano y sus relaciones, según él.  

Todos recordamos la película de Richard Brooks, protagonizada, en 1958, por Elisabeth Taylor y Paul Newman, una adaptación cinematográfica que llegó tres años después del estreno teatral en Broadway bajo la dirección de Elia Kazan. Sin embargo, en esta adaptación libre que ha realizado y dirigido Rigola, a pesar de su fidelidad al texto original (aunque con menos personajes), se ha centrado en las relaciones con las personas más cercanas, con la familia y en lo que cuesta comunicarse con ellas.

El espectáculo está dividido en tres actos. En el primero, se muestra la relación de pareja de Maggie (Chantal Aimée) y Brick (Joan Carreras), un cuadro de todos esos momentos de malos rollos, que muestra mucha violencia verbal y emocional.

   El segundo acto es para el director de escena de vital importancia porque reproduce la dificultad de comunicación del padre (Andreu Benito) y su hijo, protagonistas de la obra junto a Maggie.

Por último, el tercer y último acto es la resolución que llega con todo el coro familiar.

Los actores Santi Ricart, Muntsa Alcañiz y Ester Cort completan el reparto de esta función que cuenta, además, con la colaboración del pianista Raffel Plana quien, "ante tanta porquería, aporta un poco de belleza sonora" a esta singular paisaje, dice Rigola.

   Una de las diferencias claras con el original es que en este montaje los actores tienen una edad que ronda los cuarenta años y no los veintitantos que representaban en el film. "Esto nos da profundidad tanto de su imagen, como de su manera de reaccionar", dice el director de escena.

Por otro lado, recordemos que la obra aborda otro tema espinoso, sobre todo, a mediados de los años cincuenta más que ahora: la homosexualidad.

Un montaje, en definitiva, que los amantes del buen teatro no nos podemos perder por muchas razones: el director, la puesta en escena y el tema, desgraciadamente, tan actual, en una sociedad que se jacta de ser tan avanzada en las comunicaciones pero que da pasos atrás en la comunicación entre sus miembros.

• “Cinco horas con Mario”. 
  Toda la temporada. 
  Teatro Reina Victoria.

La actriz Natalia Millán (“Chicago”, “Cabaret”) representa a Carmen Sotillo en la nueva producción teatral de “Cinco horas con Mario”,, basada en la novela de Miguel Delibes (“Los santos inocentes”, “Las ratas”).

Este monólogo interior fue, hace años, largamente reconocido y premiado por la gran actriz Lola Herrera, que ahora le pasa el testigo a la Millán, también una intérprete como la copa de un pino.

Natalia Millán ha reconocido que la Herrera le ha puesto el listón muy alto. De hecho, cuando José Sámano le comunicó la oferta, Millán llamó a Lola Herrera para contárselo y ella la dio ánimos en todos los sentidos.

La historia transcurre en marzo de 1966. Carmen Sotillo, a los 44 años, acaba de perder a su marido Mario de forma inesperada y, una vez que las visitas y la familia se han retirado, ella sola vela durante la última noche el cadáver de su marido e inicia con él un monólogo-diálogo en el que se descubren sus personalidades y la incomunicación de su matrimonio.

Según la actriz, en esta obra, más allá del retrato que hace de la época -los años 60, en la España de provincias--, prevalecen sobre todo temas universales, como la culpa, la incomunicación, el miedo, la dificultad de las relaciones humanas, o la sinrazón de la razón en el ser humano. Por eso, resulta tan actual e intensa a la vez, porque la protagonista sufre en escena muchos cambios de humor, algunos de gran intensidad.

En definitiva, una obra intimista, profunda, que requiere mucha atención y con toda la humanidad de Delibes, uno de nuestros mejores escritores del siglo XX y, seguro, el más humano de todos.

Teatro

• “Mi mapa de Madrid”.
  Hasta el 13 de febrero.
  Teatro María Guerrero.

“Mi mapa de Madrid”, obra de Margarita Sánchez, es "una comedia de humor negro contemporánea", como la ha calificado la directora de la función, Amelia Ochandiano, que la autora escribió en 2004 y que se presentó ,en 2008 ,con gran éxito en la sala Espada de Madera, de la capital.

 Este texto habla del barrio de la autora, de sus vecinos, de sus vidas. "He escrito para mi portera, la vecina costurera, mis hermanos mellizos o el tabernero de la bodega de Calatrava", apunta la dramaturga. El contacto con la gente y la ayuda incluso de su vecina Macarena, que le dio la idea para crear el final aunque no aparece en la obra, fueron decisivos para construir este texto.

A la obra le dan vida ocho personajes y se desarrolla en los barrios de Latina, Lavapiés y Ópera, cercanos y a la vez, lejanos, por el tipo de población que en ellos habita. Mientras la primera parte es un sainete de patio de vecinas y de cosas cotidianas, la segunda es más de hombres.  

Los actores Amparo Pamplona, Roberto Cairo, Pablo Viña, Estrella Blanco, Ángel Burgos, José Luis Gago y Saturna Barrio dan vida a los diferentes caracteres de la función, todos ellos muy cercanos a cualquiera de nosotros.

Según algunos, esta obra tiene tintes valleinclanescos. Otros podrían compararla con el humor de Jardiel Poncela.

En cualquier caso, nos encontramos frente a un texto costumbrista, que tan bien siempre funciona en la cartelera de cualquier ciudad y de cualquier época.