Llegó la tantas veces pospuesta visita a Llasguicebo, uno de los objetivos fijados a principio de curso. De la mano de Alejandro, ilustre "cronista" del pueblo, recorrimos las calles y lugares más destacados, esos con los que a través de sus relatos nos hemos familiarizado, la casa del tío Zorras o de Melquiades Santorranz, los corrales de la tía Juana y el tío Valerio…
Y como todo no debe ser fiesta, cumplimos con el cometido de los miércoles: la tertulia, que celebramos en esa modernísima y lujosa pastelería que se encargó de vender los libros de Llasguicebo, aunque ya durante la comida y sobremesa charlamos sobre literatura, y el papel de la mujer durante la guerra civil española.
Terminada la lectura y el café fuimos de excursión; visitamos una ermita románica, preciosa por cierto, y unas tumbas visigodas y el río. Para terminar subimos a la atalaya; desde lo alto se contemplaba una preciosa vista del pueblo entre sierras y los campos de trigales.
Resumiendo, que vimos no solo el Llasguicebo que de alguna manera conocíamos por las historia que durante años nos ha venido contando nuestro compañero, sino también Boceguillas y algunas de sus gentes.
Una estupenda jornada guiada por un magnífico anfitrión, con la que ponemos el broche final a las salidas efectuadas por los que nos tiramos al folio durante este curso que está a punto de concluir, y que hemos querido compartir con todos vosotros.
1 comentarios:
¡Precioso el lugar! ojalá la visita se repita y yo pueda ir.
Un abrazo para todos.
Begoña
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