Postal 3


Una de las maravillas del país vecino es, sin duda, Oporto, Porto, como dicen ellos. Es un verdadero placer pasear por sus calles, llenas de majestuosos edificios, de iglesias, de azulejos decorando las fachadas; ver la librería más bonita del mundo y tomar un helado viendo pasar los barquitos por el Duero. O echar unas lagrimitas escuchando unos fados, ¿por qué no?
No importa que los azulejos no brillen demasiado, que los palacios estén en franca recaída y el adoquinado haya perdido su nombre.  Oporto tiene una luz dorada que todo lo embellece y lo adorna, que todo lo envuelve.
Y también un vinito con el que es un lujo brindar por los buenos amigos. Besos para todos¡¡

Cruz

5 comentarios:

Anónimo dijo...

Preciosa portal, gracias Cruz por esta imagen de Oporto, con la que consigues crear el deseo de visitar la ciudad.

Marcos Callau dijo...

Queda pendiente, entonces, un viajecito por Oporto. Preciosa esa frase de que "el adoquinado ha perdido su nombre". Besos.

Anónimo dijo...

Oporto,es una ciudad muy bonita, pero me quedo sobre todo con la parte de la ribera del Duero. Tomar unos vinitos vieno como atardece en el Duero no tiene ningún desperdicio!

Anónimo dijo...

Rio, calles, cuestas, tranvias, paseos, vino, Recomendable.

Anónimo dijo...

Una ciudad mágica.
Pasear por su puerto a las orillas del Duero o contemplar la ciudad iluminada en la noche desde el Ponte Dom Luis I son experiencias inolvidables.