La Marilyn en Torrevieja
La Marilyn no sabe lo que quiere. Le gusta su pelo lacio, negro y largo hasta la mitad de la espalda, y que en ocasiones se riza “para que tenga más movimiento” –explica ella- Otras veces le gustaría ser rubia, rubia platino y con melena corta,” así como la Monroe”. Y en este trajín dubitativo va coloreando su pelo y su vida tan pronto de rubio tan pronto de negro.
- Es que la vida es muy aburrida, le dice a su amiga Yesi. Aunque mi madre me dice que la aburrida soy yo, que me canso de todo y que no sé lo que quiero. Bueno, a lo mejor no sé lo que quiero en algunas cosas pero en otras sí. Y lo que quiero es que el Jóse se dé cuenta de que existo.
Hoy las dos amigas han decidido hacer novillos después del recreo y se han acercado al paseo Marítimo, donde Jóse tiene el kiosco de chuches. El día amenaza lluvia y hace un viento que agita hasta las palmeras centenarias, pero con las dos amigas no hay quien pueda. Vienen decididas a que él se fije en ellas, bueno en ellas no, en ella y van contra el viento y contra todo lo que se les ponga por delante.
Marilyn tiene 15 años y es muy guapa. Su rostro es redondo, como el de las muñecas antiguas y sus ojos cambian de color por efecto del sol. Unos días los tiene verdes y otros, marrón claro. No tiene miedo a nada ni a nadie y va por la vida como si ya hubiera pasado más veces por allí.
Yesica, que es más cohibida, envidia a su amiga y entre sumisa e incrédula la sigue a todas partes. Y calla. En realidad le gustaría ser como ella y piensa que con el tiempo y de tanto mirarla, se le acabará pareciendo.
- Yesi, tía, este pive no se entera de nada y con esta mierda de uniforme que llevo ni se fija en mí. Tengo que hacer algo para que se de cuenta de que existo y de que me mola mazo.
Y durante la semana elabora un plan. Y hoy en el recreo se lo cuenta a su amiga.
-Yesi, tía. He visto en Stradivarius un vestido blanco con mucho vuelo, estilo años 50 que te cagas. Es como el de la Marilyn Monroe en la foto ésa que se le levanta con el aire. Tengo que convencer a mi vieja para que me lo compre. Y a mi hermana le voy a pedir unos zapatos rojos de tacón. Y el sábado nos vamos a pasear por delante del kiosco del Jóse.
El sábado quedan a las 5 en la puerta del colegio. Marilyn ha llegado antes que su amiga y se apoya en la verja a esperarla. Lleva un buen rato allí plantada cuando recibe un SMS de su amiga: “le dice que no va a poder acompañarla porque a su abuela la han ingresado en el hospital”.
No sabe bien qué hacer. Después de la que ha montado no se va a volver a casa. Así que decide acercarse sola al paseo. A medida que se aproxima se va poniendo nerviosa. Si la Yesi estuviera aquí conmigo estaría más segura -se dice- La aparente y endeble seguridad que siempre la acompaña empieza a tambalearse y acaba diciéndose que lo mejor es volver a casa. Cuando va a cruzar el semáforo se para en seco. De frente viene el Jóse con un amigo. -¡Joder que palo tía, Marilyn! ¡Pero si van de la mano! ¡qué corte! ¡ El Jóse de la mano con un tío! ¡ mazo corte tía! ¡Y yo sin darme cuenta de nada! Marilyn, eres idiota, tía. No te enteras de nada.
A Marilyn se le ha puesto la misma cara que hubiera puesto si por la puerta de la discoteca viera entrar a Sor Agustina, la directora de su colegio, vestida de Dior.
1 comentarios:
LA VIDA NOS DA CADA SORPRESA... YA, CASI NADA ES LO QUE PARECE.
ME HA GUSTADO Y ESPERO QUE NO SEA LA PRIMERA Y ÚLTIMA VEZ QUE NOS REGALES UN RELATO.
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