PINCELADAS Y TRAZOS "ALFONSO RUANO- ILUSTRACIONES"

Alfonso Ruano. Ilustraciones. Primer Recuento

MUSEO ABC  
19 ENERO - 4 MARZO

Toda su vida profesional está vinculado a los libros, — actualmente como director corporativo de arte de la editorial SM—. Pero, junto a la literatura, su otra gran pasión es la ilustración. Alfonso Ruano  lleva más de treinta años ilustrando libros, mayoritariamente infantiles. Una deliciosa selección de sus trabajos se reúnen en el Museo ABC (Calle Amaniel 29-31).






La muestra «Alfonso Ruano. Primer recuento», patrocinada por la Fundación SM exhibe 47 de sus  ilustraciones  realizadas entre 1984 y 2010 pertenecientes a once libros, entre ellos «El pequeño títere», «El hada del agua», «El Señor Viento», «El caballo fantástico», «El guardián del olvido», «El Circo de Paco» o «La composición». Este último fue premiado por la Biblioteca del Congreso de Estados Unidos y la Unesco.
Ruano opina que el nivel de la ilustración en nuestro país goza de buena salud, que se están haciendo cosas interesantes, y no solo en el campo infantil: « Hay una ilustración para adultos: relatos de Poe, Baudelaire, Gelman...». Advierte que «muchos creen que no es necesario dibujar para ilustrar. Pero para representar algo hay que dibujar, aunque hay muchas formas de hacerlo. La plasticidad no es suficiente. Hay que contar cosas con las imágenes».





Hace ya bastantes años que empecé a ilustrar libros para niños; entre ellos, varios álbumes y otros que lo parecían. Hice algunos dibujos, acuarelas y pinturas que contaban historias; no muchos, porque soy de producción corta. Interpretaba los cuentos de otros, y en su figuración y puesta en escena condicionaba su lectura con un mundo personal propio.
Ahora, el trabajo y el tiempo me permiten inventariar y escoger algunas publicaciones; y, entre ellas, algunas obras para el regalo que supone esta exposición. Balance, resultado, recuento, primer recuento, primero; porque de mi trabajo no se ha hecho otro.

No hice las imágenes para verlas sobre los muros, sino para reproducirlas, multiplicarlas y que fueran portátiles. Pero, gracias a esta parada y a tener que colgarlas en un museo importante como entorno, me he visto  redescubriendo lo que tenía tan guardado.


Al sacarlo de sobres y carpetas lo he mirado al mismo tiempo como mío y como si no fuera mío, esquizofrenia natural para quien se dedica a esto, por lo que hay de cabeza, de corazón y de tripas en ello. Su existencia, tan parecida a la de los seres vivos. Nacen, se multiplican, mueren por obsolescencia, se entierran en armarios y, a veces, resucitan y es una gloria; pero cualquier otro regreso desde el mundo de los libros antiguos te toca con notas de melancolía.
Este rescate es muy gratificante, mucho, rodeado además de amigos que animan a la alegría y que mejoran las cosas. Ellos me pidieron, cuando apenas arrancaba este viaje, un hilo conductor que facilitara el recorrido y que cosiera las obras distanciadas en los años. Es así como el Tiempo se reveló como protagonista de mis trabajos y quiso ser hilo temporal, papel que se le da con frecuencia en cualquier retrospectiva. Tiempo no se conformó con destacar sus actuaciones estelares de protagonista en estos tres álbumes. Pidió, además, una mirada más cercana hacia los otros libros.
Hasta ahora todo ha sido fijarse en el argumento y la trama de los libros. Sin embargo, una muestra de ilustraciones pide detenerse, mirar y dedicar mayor atención a la forma, a la geometría, a los rasgos y gestos de todo lo representado. Conviene, además, rastrear el reflejo del Tiempo en el uso de la secuencia, contagio directo de la historieta y el cine, en el sentido de los encuadres, en la fragmentación y la acumulación, en la influencia del ojo fotográfico y su momento decisivo. Lo que en foto es un instante, en pintura es una parálisis.
Todo esto traduce Tiempo y atraviesa mis trabajos, a veces con acierto y otras como promesa insatisfecha.
Aquí las palabras se ponen cuesta arriba y no sirven del todo, solo se pueden explicar a través de las imágenes concretas, mirando con detalle.

Será en el paseo por los cuadros donde cualquier espectador saque lo que pueda del encuentro. Quizá se pregunte si hay algo de lo antes escrito; si el pasado, el presente y el futuro transitan entre las figuras; si las tendencias y la moda son los termómetros de caducidad; si existen otros modos de rastrear las señales del Tiempo o si de todo el perímetro de obras quedará algo y durante cuánto Tiempo. Preguntas posibles que permiten mirar mejor, pero para las que existe una respuesta única de fondo, desde siempre, y es su irremediable vocación de ser ceniza.
A lo largo de su carrera también ha diseñado libros de texto y muchos los autores para los que Ruano  ha creado portadas: Michael Ende, Carmen Posadas, Martín Garzo, Campos de Queirós, Joan Manuel Gisbert, Rosa Montero…
“Ilustrar libros y cuentos infantiles ha sido un accidente que no he querido evitar. Solo deseo, citando mal a Quevedo, que aun acabado en ceniza o polvo, sea polvo emocionado”.

1 comentarios:

Esperanza dijo...

Esta exposición me parece un regalo y me alegro de que Alfonso Ruano no haya podido evitar el accidente de ilustrar libros y cuentos infantiles, pues algunas me encantan.