PINCELADAS Y TRAZOS: MUSEO LÁZARO GALDIANO


La inauguración del Museo Lázaro Galdiano, en enero de 1951, supuso para el público y los profesionales relacionados con el arte y los museos una grata sorpresa por la valiosa y variada colección expuesta, una impresionante muestra de arte español y un completo catálogo de arte europeo.


El palacete, ubicado en la calle Serrano de Madrid, se comenzó a construir en 1904 un año después de que José Lázaro Galdiano contrajera matrimonio con Paula Florido, dama argentina acomodada que le secundó en su afán por coleccionar arte, legado que Lázaro Galdiano dejó al Estado tras su muerte, en 1947.

En el palacio de Parque Florido, residencia familiar y llamado así en honor de la señora, tenían lugar encuentros de literatos y artistas en un marco magnífico, rodeados de obras de arte: armaduras, joyas, bronces, esculturas, esmaltes, miniaturas, relojes, dibujos y pinturas de Goya, El Bosco o El Greco. 
El museo está rodeado por un impresionante jardín, que también se puede visitar y en el que se suelen celebrar eventos culturales.
                                                            


Los techos, obra de Eugenio Lucas Villaamil, fueron bellamente decorados con motivos mitológicos, alégoticos a la sala correspondiente: gabinete comedor, música...

El recorrido comienza por la planta inferior, con acceso por la calle Serrano, permite visitar la totalidad del edificio, con contenidos y ambientes bien diferenciados.


La planta baja, antigua zona de servicio de la casa, presenta al visitante la figura de José Lázaro en sus diversas facetas: coleccionista de arte, editor y destacado bibliófilo, así como las claves que definen su colección: su apuesta por el arte español y el arte europeo traído a España. Se completa con la deslumbrante Cámara del Tesoro, una de las mejores colecciones europeas de joyas con piezas que abarcan desde el siglo III a. C. hasta comienzos del XX.
 


La planta primera, zona noble del palacio, conserva íntegra la decoración y distribución original con los techos pintados por Lucas Villamil, los zócalos de mármol, madera o estuco y magníficos suelos de marquetería. Sus ocho salas muestran una gran representación del arte español desde el siglo XV al XIX : pintura, escultura, mobiliario y artes decorativas. Destacan la colección de tablas de Blasco de Grañén, García del Barco o Maestro de Astorga, y el conjunto de orfebrería mayoritariamente religiosa.

 También en esta sala se exponen pinturas de los siglos XVI de El Greco o Sofonisba Anguissola. Del XVII :Ribera, Pereda, Murillo, Zurbarán o Claudio Coello.   
                                       
La representación del XVIII corre a cargo de Meléndez, Bayeu, Inza o Paret y la de la primera mitad del XIX  por  Zacarías González Velázquez, Vicente López, Madrazo, Esquivel o Alenza entre otros.
A destacar la magnífica colección de lienzos de Francisco de Goya con obras clave como El Aquelarre, Las Brujas, La Era o el 
Descendimiento. 



 
La segunda planta, antigua zona privada de la mansión, fue transformada a mediados del siglo XX y ofrece una selección de piezas de las más importantes escuelas europeas como la italiana, flamenca, alemana, holandesa, francesa e inglesa. Predominina la pintura.
Sorprende la  delicadeza de una obra titulada El Salvador Adolescente, que durante mucho tiempo se consideró pintada por Leonardo da Vinci, aunque actualmente los expertos atribuyen la autoría al más talentoso de sus alumnos, llamado Giovanni Antonio Boltraffio. Junto a ésta, podemos admirar trabajos de Cavallino, Van Dornicke, Benson, Isenbrandt, Van Orley, El Bosco (Meditaciones de San Juan Bautista), Maes, Constable, Rommey o Stuart.

También en este piso se ubica el gabinete de miniaturas, donde se muestra un conjunto de minúsculos retratos y pequeñas miniaturas que constituyen una de las colecciones europeas más completas en este género y únicos expuestos en nuestro país. 



El llamado “Gabinete del coleccionista”, ubicado en la tercera planta del edificio, exhibe colecciones no representadas en el resto del Museo: armas, textiles, numismática, hierros, medallas o jaeces y se complementa con otras como marfiles, cerámica, platería, esmaltes, vidrio, escultura, bronces y sigilografía.  Un conjunto de obras de gran valor artístico e iconográfico. 

 
                                    







         



1 comentarios:

Marcos Callau dijo...

Uno de los lugares de Madrid pendientes de visitar. Lo haremos, sin duda.