TAF SE MUEVE: PASEOS CULTURALES

Madrid amaneció envuelto en una espesa niebla que no impidió que nos encontrásemos en la calle Blanca de Navarra para visitar la Galería Cayón. 

La Galería  presenta una muestra individual de Fernando Zóbel, dedicada a las obras que realizó entre finales de los años 50 y principios de los 60.

De nacionalidad española, aunque nacido en Filipinas, Zóbel se formó y desarrolló su trabajo en diversos países: Filipinas, Estados Unidos y España. Aquí fue donde, en 1961,se instaló en Cuenca definitivamente fundando el Museo de Arte Abstracto Español. En esta ciudad y en torno a él  se generó un importantísimo ambiente artístico y cultural de vanguardia. 

 

En las obras que se exponen queda patente la reducción cromática y el grosor del trazo que el pintor ejecuta a finales de los 50. Finalmente queda solamente el blanco y negro y unas líneas finísimas ejecutadas con una jeringuilla. 

Finalizada la visita a la Galería Cayón y como era temprano decidimos acercarnos a ver otra exposición; en esta ocasión la de esculturas de Juan Muñoz.

En la primera mitad de los noventa, Juan Muñoz empezó a romper con los conceptos tradicionales de la escultura, a través de la introducción de un elemento narrativo en sus instalaciones.

  Sus figuras humanas son algo inferiores al tamaño real e interactúan entre sí en el espacio expositivo, creando una secuencia viva, dinámica, en la que el espectador puede participar y sentirse involucrado. Al mismo tiempo, el escultor juega con la ausencia de individualidad en sus figuras, ya que su monocromatismo les hace perder sus rasgos de personalidad hasta crear una sensación incómoda e inquietante en el espectador.

   Casado con la también artista Cristina Iglesias, Juan Muñoz no sólo se codeaba tranquilamente con los grandes talentos extranjeros, sino que destacaba llevando adelante un programa estético que debió imaginar entre su educación como artista en Londres y su descubrimiento del barroco romano.

Finalizada la visita cultural, estuvimos callejeando con ojos de turistas, que de vez en cuando apetece perderse en esta ciudad mirando las casas, fijándonos en detalles de balcones y fachadas, cornisas, portales...

 
Paseando por la zona descubrimos este precioso local: una pastelería coquetona, deliciosa no solo por los apetecibles y preciosos productos que venden, también por como está decorada y aunque la hora no era la propia de la merienda nos habría gustado sentarnos en sus mesitas y aspirar el aroma dulzón flotando en el aire, aunque otra vez será.

 Entramos a curiosear en una tienda de mosaicos, y su encargado nos informó de todo cuanto quisimos preguntar y de mucho más.

Cerca de estos comercios nos encontramos con un curioso edificio decorado por el artista Jack Babiloni. ¿Obra de arte o gamberrada? Hay opiniones para todos los gustos, pero original lo es indudablemente.

La mañana seguía grisácea, tristona y desangelada; nada mejor para sobrellevarla que tomar un aperitivo.

Para la comida en esta ocasión y para variar elegimos un restaurante en la calle Génova: the WOK. 

El café corrió a cargo de la antigua Cafetería Río Frío, en el Centro Colón. 

Y como el tiempo nos estaba dando de sí, y hasta las seis no empezaba la tertulia, decidimos cruzar hasta Biblioteca Nacional. 

La exposición Caligrafía española. El arte de escribir, esta muestra de caligrafía contemporánea refleja el carácter creativo y artístico que adopta la práctica moderna de la caligrafía y su aplicación en el diseño gráfico actual.

La caligrafía, alejada del papel formativo e ideológico que toma en España fundamentalmente en el siglo XVIII, adopta, en este caso, la forma de expresión artística personal, dejando también su impronta en productos comerciales. 

Por supuesto dimos una vuelta por la tienda, y como siempre acabamos  comprando algo, que un capricho lo tiene cualquiera y al final termina pasando por las manos de todo TAF.

Después de tan intensa jornada pictórica, escultórica, caligráfica, turística y gastronómica, no podía faltar la parte literaria, que como es habitual celebramos en nuestra sede de Vía 22, donde nos reunimos con el resto de los integrantes.