En una mañana soleada, aunque bastante fresca, quedamos en la Fundación Telefónica para visitar la exposición "Ecos del Océano"
Son datos y sonidos surgidos de una investigación que estudia la contaminación acústica de los océanos y el impacto sobre algunas de las especies que los habitan, entre ellas ballenas, cachalotes y otro tipo de cetáceos.
Los océanos son fundamentales para la supervivencia humana
y el equilibrio del ecosistema global. La
existencia humana y la vida en la Tierra dependen de la salud de mares y
océanos.
Debemos obligarnos a meditar sobre nuestra responsabilidad con el medio ambiente, a proteger y preservar el equilibrio entre el ser humano, la naturaleza y el resto de especies que conviven, convivimos, en el planeta.
Solo a través de la empatía y la coexistencia armónica con el
entorno natural podremos asegurar un futuro sostenible para las generaciones
venideras.
La vida marina no es tan silenciosa como nos puede parecer, la ecología marina y las fronteras bioacústicas permite ser testigo de cómo los habitantes del mar se comunican entre ellos y tan impactantes como las imágenes son los sonidos que se pueden escuchar de diversos animales: cachalotes, delfines, ballenas, focas... incluso el inquietante "rugido" que hace el viento.
La exposición finaliza con un montaje de piezas de cristal recreando diversas especies que podemos encontrar en el mar. Los cambios de luz van reflejando medusas, caracolas, peces o sepias ofreciendo unas curiosas y bonitas imágenes y la sombra que proyectan.
Continuamos bajando hasta el "Espacio Movistar" para ver una exposición del vestuario de la serie "La vida breve."
Preciosos vestidos y curiosos complementos.
Y no nos resistimos a hacernos la divertida foto con el suntuoso atuendo de la realeza.
Y así dimos por concluida la mañana cultural.
De nuevo nos pusimos en marcha, calle Montera abajo, paseando y disfrutando de Madrid hasta nuestros siguiente destino para comer.
Repetimos restaurante "Fatigas del querer" y como siempre que lo frecuentamos quedamos más que satisfechas del rico y abundantísimos menú que ofrecen.
Ya solo nos faltaba tomar el café. En Canalejas nos acomodamos en la Cafetería Hontanares, y entre capuchinos y tisanas hicimos la tertulia: leímos los relatos, pusimos la tarea para la próxima reunión, fijamos las fechas y terminamos con un entretenido y revelador juego que propuso una compañera.
Y con todo eso dimos por finalizada la salida TAF del mes de febrero, agradable y productiva.
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