PINCELADAS Y TRAZOS "BERTHE MORISOT""


Hasta el 12 de febrero, en el Thyssen Bornemisza, procedentes del Museé Marmottan Monet de París, por primera en España se exhibe una colección única: 30 cuadros de la “gran primera dama del impresionismo”.
Berthe Morisot (Bourges, 1841-París, 1895), fue la primera mujer que se unió al movimiento impresionista. Nacida en el seno de una familia de la alta burguesía francesa, fue educada en el gusto por las artes y la música y supo combinar de manera ejemplar la faceta artística con su papel de mujer moderna y activa animadora cultural. Su interés y capacidad creativa hicieron que profundizase en su formación pictórica y en 1858 Berthe entró como copistas en el Louvre; durante tres años “bebió” de las fuentes de los pintores venecianos, especialmente Tiziano, obsesionada por la luz y el color de éstos. 

 

 Modelo y amiga de Manet, para el que posó en El balcón, casada con su hermano Eugène, aliada de los pintores impresionistas -como Degas, Renoir, Monet o Pissarro-, con quienes expuso en prácticamente todas sus exposiciones, y admirada por intelectuales de la talla de Mallarmé o Valéry, Morisot, jugó un papel destacado y esencial en el desarrollo del impresionismo francés. Su temática, en la que siempre habían predominado los ámbitos domésticos, se centró aún más en escenas en las que las protagonistas eran sus propias hermanas y los hijos de éstas.

                                                            
                                                              


Tanto la delicadeza del paisaje, que le enseñó Corot, como la maestría de sus retratos, que aprendió de Manet, o la representación impresionista de jardines, escenas rurales e interiores domésticos, permiten conocer los aspectos más destacados de su obra pictórica. Fue tachada ocasionalmente de “caprichosa”, debido a que, aparentemente, sus obras parecían inacabadas; nada más lejos de la realidad, pintaba aquello que la interesaba, que la “impresionaba”. 



Con una pintura introspectiva, incluso melancólica, de trazos rápidos, que a veces adquieren la ligereza de la acuarela, Morisot nos introduce de lleno en su propia intimidad, en la delicada exploración de la feminidad. La representación del mundo íntimo femenino fue un asunto tan permanente en su obra que el escritor Paul Valéry afirmaba que su pintura podría considerarse «el diario de una mujer expresado a través del color y del dibujo.


Su relación con los pintores impresionistas fue estrecha, y frecuentes las reuniones en su casa con artistas e intelectuales de la época. Tras la muerte de Édouard Manet en 1883, organizó una exposición en su honor con la ayuda de Claude Monet, Émile Zola y otros artistas. Ella murió en 1895.

4 comentarios:

PILARA dijo...

ES UNA EXPOSICIÓN PRECIOSA, MERECE LA PENA VERLA.

Arvikis dijo...

La muestra es muy prometedora. Creo que hay que visitarlo.
Javier

Esperanza dijo...

es una sugerencia muy interesante, así que intentaré no perdérmela

Anónimo dijo...

¡Mil gracias por estas maravillosas reseñas de arte! Las comenzaba a echar en falta.