CORRESPONDENCIA TAF




Celia Muñoz de Unzúe


                                                                                                                             Madrid 20 de enero

Querida y siempre recordada amiga, Cari. Hoy me dispongo a zanjar este silencio, que ha durado tanto tiempo por culpa de las dos.
Me pongo en tu lugar y sé que esperabas que te diera la razón en el contencioso que tuviste con Dolores. Las dos sabíamos que era lo razonable, puesto que confiabas en mi apoyo. Llegado el difícil momento de opinar, sopesé que mentir no nos haría ningún bien y que tú entenderías que moral y éticamente era justo que la balanza se inclinase a favor de Dolores.
Sé cuánto te ofendió mi decisión. ¡Perdóname! Te conozco bien y supuse que se te pasaría el enfado reconociendo que eso era lo que teníamos que hacer. Pero pasó el tiempo y… ¡Cuantas veces tuve ganas de escribirte! ¿Tú no? Tu olvido me dolía mucho; no merecía tan rotundo silencio por obrar dignamente. Me decía, está ofuscada, pero ¿valoraste y recapacitaste en algún momento sobre mi sinceridad? ¡Cómo lo he esperado de ti! Cierto es que los años y las circunstancias han ido paliando la decepción. Han sucedido cosas tan amargas que hacen olvidad esas otras más pequeñas.
Querida Cari, contéstame, por favor. No me consideres culpable de esta separación tan larga. Sé que una reconciliación nos llenada de alegría a las dos.
Besos y un gran abrazo, como los de antaño; seguro que los recuerdas, ¿me equivoco?
ROSA


                                                                                                                                Cádiz 24 de enero

¡Qué alegría reconocer tu letra! Cómo he podido ir olvidando lo que entonces era lo más importante: nuestra amistad. Aquello que nos distanció ahora pienso que debió ser una tontería, una pequeñez pues apenas recuerdo el episodio en su totalidad, ¿algo referente a un comentario que hice sobre Dolores y su novio? El caso es que no supe reaccionar positivamente. No tengo disculpa.
Aunque estemos a tanta distancia, espero que no tardando demasiado podamos darnos ese abrazo y recuperar el tiempo perdido.
Nos pondremos en contacto lo antes posible; voy a organizar el encuentro. Hasta entonces, te agradezco la decisión de escribirme. ¡Cómo me empecinaría yo en aquella tontada! ¿Serían celillos? Nos vemos muy pronto.
Cari



0 comentarios: