Carmen Arranz Castro
En
el paraíso a 5 de enero
Querido
Armando:
Desde que dejamos nuestra relación, mi vida es un auténtico gozo
y no porque haya olvidado tu carácter déspota y agresivo (todavía
llevo el brazo izquierdo en cabestrillo) aunque reconozco que eres un
tipo atractivo, guapo, con unos ojos verdes que te hechizan al
mirarlos, pero incapaz de sentir un ápice de afecto por nadie, ni
siquiera por mí que, a fin de cuentas, fui tu apoyo moral y
económico durante el tiempo que vivimos juntos.
Pero lo que no puedo perdonarte es que tu perrito “León”, un
nombre que no le pegaba nada al pequinés esmirriado que era, se
hiciera “pis” sobre mis “Manolos” que me habían costado 600
Euros y los iba a estrenar en la boda de mi prima Eugenia.
Como ves todavía me acuerdo de ti y espero que te hayas
recuperado del taconazo que te di en el muslo.
Con todo
mi desafecto, me despido para siempre esperando que tú me
correspondas igualmente,
Laura
1 comentarios:
Está estupendo. Eso sí, hubiera cambiado el taconazo en el muslo por otro, un poquito más arriba jeje. Saludos.
Publicar un comentario