CABALLO JEREZANO
Nadie, nadie podría sospechar
nunca que él había sido el causante de la muerte del señoríto Gervasio.
Tan tieso que iba el señorito
sobre su hermoso caballo jerezano. Qué ajeno estaba a la piedra, que lanzada
desde su honda acabaría con él en el barranco.
Se acercó al precipicio y
comprobó que el cuerpo de Gervasio yacía en el fondo, inmóvil, sin vida.
Acarició al caballo que
permanecía quieto en el camino esperando el regreso de su amo, y se alejó del
lugar cojeando.
Era, según todos, el tonto del
pueblo, y cuando se acercaba al señorito Gervasio para pedirle unas monedas,
que nunca recibía, éste le alejaba diciendo: “aparta, aparta, tu risa me
molesta”.
Ahora ya no volvería a
molestarle.
Y empezó a reír como un poseso
MARISOL MARIÑO
Y con este, concluye el relato encadenado que hemos escrito para, entre todos lo integrantes de TAF, amenizar el blog este verano. Espero que os hayan gustado y disfrutado de las vacaciones.
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