EDUARDO MENDOZA- PREMIO CERVANTES 2017






Eduardo Mendoza, el escritor serio más divertido de la literatura española, había levantado expectación en torno al discurso que iba a  pronunciar en El Paraninfo de Alcalá de Henares durante la ceremonia de entrega del Premio Cervantes



A su llegada a la universidad dijo haber traído a la familia para que le criticasen y a los amigos, para que le hicieran la ola. 
Tras la presentación del ministro de Cultura, Íñigo Méndez de Vigo, el autor inició su intervención diciendo: "No creo equivocarme si digo que la posición que ocupo es envidiable para todo el mundo menos para mí", bromeó. "Un premio de esta importancia no es fácil de asimilar sin orgullo ni modestia. No peco de insincero si digo que nunca creí recibirlo",y se lanzó a recordar las cuatro veces que ha leído el Quijote de cabo a rabo.

La primera, dijo, fue por obligación del hermano Anselmo en el curso de 1959-1960, durante el curso de Lengua y Literatura. Por entonces ya sabía que quería escribir. “Las vocaciones tempranas”, aclaró, “son árboles con muchas hojas, poco tronco y ninguna raíz”.

La segunda vez fue, “lo que en tiempos de Cervantes se llamaba bachiller, quizá un licenciado, lo que hoy se llama un joven cualificado, y lo que en todas las épocas se ha llamado un tonto”. Al instante se identificó con el Caballero de la Triste Figura en cuanto ser de “idealismo desencaminado”. “Un héroe épico”, explicó, “se vuelve un pelma cuando ya ha hecho lo suyo. En cambio, un héroe trágico nunca deja de ser un héroe, porque es un héroe que se equivoca. Y en eso a don Quijote, como a mí, no nos ganaba nadie”

Si en la tercera lectura, que ya tenía de cierto éxito literario, fue el humor lo que cautivo al autor de Sin noticias de Gurb, en la cuarta, realizada hace solo unos meses con motivo del premio que recibía hoy, la pregunta que le asaltó fue la más sencilla: ¿está loco don Quijote?  “Mi conclusión”, dijo, “es que don Quijote está realmente loco, pero sabe que lo está, y también sabe que los demás están cuerdos y, en consecuencia, le dejarán hacer cualquier disparate que le pase por la cabeza”. Y añadió: “Es justo lo contrario de lo que me ocurre a mí. Yo creo ser un modelo de sensatez y creo que los demás están como una regadera, y por este motivo vivo perplejo, atemorizado y descontento de cómo va el mundo”.

"Vivimos un cambio radical que afecta al conocimiento a la cultura, a las relaciones humanas, en definitiva, a nuestra manera de estar en el mundo. Pero al decir esto no pretendo ser alarmista. Este cambio está ahí, pero no tiene por qué ser nocivo, ni brusco, ni traumático".

El protagonista de la ceremonia se despidió mostrando su "profunda gratitud y alegría" y prometió seguir siendo lo que siempre ha sido: "Eduardo Mendoza, de profesión sus labores". 



Este viernes, en la noche de los libros, Mendoza a partir de las 18:00 horas, inaugurará la Lectura Continuada del Quijote en el Círculo de Bellas Artes.

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